Correr es una práctica deportiva que ha ganado mucha popularidad en todo el mundo. Para muchos, es una fuente de liberación de estrés, un medio para mantenerse en forma y un pasatiempo apasionante que brinda un sentido de logro personal.
Sin embargo, existe una creencia que ronda en torno a esta actividad física: la idea de que correr puede ser perjudicial para las articulaciones y, en última instancia, causar artritis. Esta preocupación ha llevado a que muchas personas duden si deben o no correr como hábito.
En este artículo, se explorará a fondo esta incógnita y se desmentirá el supuesto vínculo entre el running y la artritis.
A través de la investigación científica y el análisis de datos, se destacará la verdad detrás de esta creencia y cómo el running puede tener beneficios para la salud articular cuando se practica de manera responsable.
Asimismo, se abordarán consejos clave para prevenir lesiones y disfrutar de una experiencia de running segura y saludable.
¿Qué es la artritis?
Antes de profundizar en la relación entre el running y la artritis, es importante entender qué es la artritis en primer lugar. La artritis es una enfermedad que afecta a las articulaciones del cuerpo humano. Se caracteriza por la inflamación de una o varias articulaciones, lo que puede provocar dolor, rigidez y limitación en el movimiento. Existen varios tipos de artritis, siendo la osteoartritis y la artritis reumatoide las más comunes.
Osteoartritis: es la forma más común de artritis y suele asociarse con el envejecimiento y el desgaste natural de las articulaciones. Se produce cuando el cartílago que recubre las articulaciones se desgasta con el tiempo, lo que puede causar dolor y rigidez.
Artritis reumatoide: es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunológico ataca las propias articulaciones del cuerpo. Esto conduce a la inflamación crónica y puede causar dolor, hinchazón y fatiga.
¿Existe una relación entre el running y la artritis?
La respuesta corta es que no existe evidencia científica sólida que respalde la idea de que correr de forma moderada cause artritis en personas sanas.
Numerosos estudios han investigado esta incógnita y han llegado a conclusiones similares. Por ejemplo, un estudio publicado en el «Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy» en 2017 analizó datos de más de 2,500 corredores y encontró que no había una asociación significativa entre la cantidad de carrera realizada y el riesgo de desarrollar osteoartritis en las rodillas.
Otro estudio publicado en el «American Journal of Preventive Medicine» en 2013 llegó a la conclusión de que el running regular no aumenta el riesgo de desarrollar osteoartritis en las caderas o las rodillas. De hecho, el estudio encontró que los corredores tenían un menor riesgo de desarrollar artritis en comparación con las personas inactivas.
4 beneficios del running para la salud de las articulaciones:
-Fortalecimiento muscular: correr puede ayudar a fortalecer los músculos que rodean las articulaciones, lo que puede proporcionar estabilidad adicional y reducción del estrés.
-Mantenimiento del peso corporal: el running es una actividad cardiovascular efectiva que puede ayudar a mantener un peso corporal saludable. El exceso de peso puede ejercer presión adicional sobre las articulaciones, por lo que mantener un peso saludable puede reducir el riesgo de desarrollar osteoartritis.
-Mejora de la circulación: la actividad física regular puede mejorar la circulación sanguínea en todo el cuerpo, incluidas las articulaciones.
-Lubricación articular: el movimiento regular de las articulaciones durante el running puede ayudar a promover la producción de líquido sinovial, que actúa como un lubricante natural para las articulaciones.
Prevención de lesiones al correr
Aunque el running puede ser beneficioso para las articulaciones, es importante tener en cuenta que el riesgo de lesiones existe en cualquier actividad física.
4 tips para prevenir este riesgo y disfrutar de una experiencia de running segura y saludable:
-Calentamiento y estiramiento: antes de correr es importante realizar un calentamiento adecuado y estirar los músculos para preparar el cuerpo.
-Escucha a tu cuerpo: presta atención a las señales del cuerpo. Si se siente dolor persistente durante o después de correr, es importante buscar atención médica y descansar si es necesario.
-Zapatos adecuados: es fundamental utilizar calzado adecuado para correr que ofrezca soporte y amortiguación adecuados.
-Gradualidad: incrementar gradualmente el entrenamiento para darle tiempo al cuerpo para adaptarse y mejorar.
Después de explorar en detalle esta incógnita, es posible concluir con confianza que esta creencia popular carece de fundamento científico sólido. Numerosos estudios han demostrado que el running moderado y adecuado no aumenta el riesgo de desarrollar artritis en personas sanas. Por el contrario, correr puede ofrecer una serie de beneficios para la salud articular, incluido el fortalecimiento muscular, el mantenimiento del peso corporal y la mejora de la circulación.
En última instancia, el running puede ser una actividad enriquecedora que brinda no solo beneficios físicos, sino también mentales y emocionales. La clave está en abrazar este deporte con responsabilidad y sensatez, escuchando siempre al cuerpo y adaptando el entrenamiento de manera gradual.
Así que, si alguna vez se crea la duda sobre si el running es compatible con la salud de las articulaciones, es posible confiar en la evidencia científica que respalda la seguridad cuando se practica adecuadamente.
Correr no solo puede ser una forma efectiva de mantenerse en forma, sino también una fuente de satisfacción y bienestar a lo largo de toda la vida.